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¿Que qué necesito?
Que alguien se de cuenta que no soy tan fuerte como simulo.
Que en realidad soy débil y estoy quebrada.
Que me deje llorar hasta que logre desahogarme.
Creo que necesito ser mi yo más tonto y adolescente por un rato.
Vayamos a un parque, gritemos hasta sacar el dolor,
demos vueltas, tirémonos en el suelo a mirar el cielo,
riamos, lloremos, seamos libres,
recuperemos batería y volvamos a ser los fuertes,
luego de un momento de debilidad.
Seamos locos por un instante, ante la mirada de los cuerdos,
que minutos después seremos otra vez los cuerdos, en un mundo de locura.

Qué tontos somos los seres humanos. Decimos tantas cosas sin sentido cada día, y siempre postergamos lo importante, guardamos los sentimientos. Acostumbramos a despedirnos con un simple «chau», sin sospechar que en cualquier minuto puede convertirse en un dramático «adiós». Nos adaptamos tanto, en esta era de las computadoras, a que todo se puede deshacer y volver a intentar, que nos olvidamos que los errores de la vida no se remedian. Que lo que ocurre en el mundo real, es permanente.

Hace 12 años aprendí la lección más dolorosa de la vida, cuando vi por última vez a mi papá, yéndose en ese auto blanco, del cual estaba orgulloso y amaba tanto. Me despedí con mi típico «Nos vemos», y lo llamé por su nombre. Recuerdo caminar hacia el interior de la casa, girar y volver a mirarlo mientras se alejaba. Tuve la necesidad de, por primera vez, decirle papá. No sabía por qué, pero sentía que ya no lo volvería a ver.

Ese temor se explicó poco después, cuando me dijeron las tres peores palabras que recuerdo: «Tu papá murió». Ya lo sabía. En mi interior lo sabía. Me senté en el piso y no pude hacer nada. Ni llorar, ni enojarme ni gritar. Me quedé inmóvil. Él se había ido. Nunca llegué a decirle que lo amaba. Creía que siempre habría otro día, que vez tras vez llegaría en ese auto blanco. Pero nunca lo hizo. Se fue y lo último que le dije fue una mentira. Un «Nos vemos», que nunca llegaría.

Mil imágenes comenzaron a pasarse por mi mente y no podía calmarme. Ese día, ese 26 de abril, entendí que la muerte llega en cualquier instante y no te pide permiso para entrar. Lo que no hiciste, lo que no dijiste, los abrazos que no diste, se convierten en la nada misma.

Desde entonces, mi deseo constante, mi ruego desesperado, el motivo de cada lágrima que derramo cuando estoy a solas, es el mismo: un minuto más. Sólo 60 segundos, para regresar a ese mediodía, a esa calle, a esa despedida. Darle el abrazo más fuerte que alguien pueda resistir, decirle «Papá, te amo», y no soltarlo jamás.

dibujoiiSabía que algo malo podía ocurrir si volvía a verte. De todos los resultados posibles, se dio el peor: me he enamorado como no debía. Con una ternura de niña. Con la fuerza de los mares. El calor de un volcán y la fragilidad de una rosa.

Pudo ser la nuestra, la historia más bella jamás escrita. Pero mi temor y tu sentido común han dejado que nos despidamos. No sé si te vuelva a ver. No sé si me recuerdes. Pero tengo la certeza de que serás parte mía hasta mi último instante.

Siempre quise una historia donde no haya finales. Lo nuestro, fue un final donde no hubo historia. Aún así, y tan sólo por una noche, he imaginado que todo podía ser posible. Y aunque nuestros labios jamás se han rosado, nuestras almas se besaron desde la primera mirada.

Cada día que pasa, espero que de forma casual el destino vuelva a cruzarnos. Cada noche que llega, muerdo la almohada, llorando, porque ya no pasará. Cada amanecer despierto y regreso a la rutina de extrañarte, de anhelar lo que nunca fue.

Y me esperanzo. Lo hago, porque creo que quizás también me esperas en alguna esquina. Y sueño. Sueño con que en alguna vida, tal vez, nos volvemos a encontrar y, por primera vez, sean nuestras bocas quienes se unan al beso de nuestras almas.

Un amor verdadero es aquel en el que se enamora el alma y no sólo el cuerpo o la mente. Es una amistad sagrada, en la cual no existen secretos y se puede hablar sólo con la mirada. Es sentir un magnetismo en el que aunque quieras oponerte a lo que sientes, siempre el destino vuelve a cruzarte.

Es encender una estrella que desde ahora brillará para siempre, más allá de este tiempo y esta existencia. Es poder adivinar que ese amor existe desde otras vidas y seguirá para siempre.

Es encontrar en todo el mundo dos cristales que encajan perfectamente y formarán de ahora en más, uno solo. Es reconocerse entre todas las personas. Es lograr vencer las trampas del destino, la distancia, la envidia e incluso, la muerte. Cuando dos almas se enamoran, el amor va más allá de esta vida tal y como la conocemos y siempre espera, ama y perdona.

Es un amor tan grande que hace que todos hablen de él. Muchos descreídos aseguran que no existe. Otros lo anhelan tanto que creen llegar a sentirlo. Algunos pasan toda su vida buscándolo, sin saber que es el amor el que te encuentra. Es algo con lo que todos soñamos, pero sólo unos pocos privilegiados llegan a conocer.

Es mirarse por primera vez y comprender que ya se amaban. Es saber que todo el tiempo estuvieron buscándose hasta que por fin se hallaron y desde ahora ya no serán dos sombras solitarias. Es poder vencer el tiempo y espacio, es, por último, comprender que ocurre tan pocas veces que el mundo entero se estremese. Es descubrir lo  hermoso que es cuando dos almas se enamoran.

Como periodista cada día me toca cubrir al menos una decena de hechos policiales a nivel nacional y de las más variadas características. Desde un robo simple, hasta asesinatos múltiples. Quizás por los años de profesión, o tal vez porque uno se remite a escribir, hablar o fotografiar con la mera intensión de reflejar la verdad en el mayor detalle, nunca me detuve a pensar qué vivía la víctima ni como era el procedimiento post- hecho.

Este fin de semana me tocó estar del otro lado del mostrador.  En un hecho que por respeto a mi privacidad, por un lado, y porque ya es lo suficientemente conocido, prefiero no detallar, tanto mi mamá como yo fuimos privadas de la libertad y golpeadas por un hombre que ingresó abruptamente a nuestro domicilio. Fueron minutos de horror. No puedo decir a ciencia cierta si fueron cinco, diez, veinte minutos o una hora, pero sí, sé que fueron eternos.

Cuando la policía llegó, creí que lo peor había pasado, cuando en realidad apenas comenzaba. Quienes se hicieron presentes en el domicilio fueron brillantes en su trato, contención y forma de manejar la situación. Incluso, hasta tuvieron que tolerar las agresiones varias y golpes de parte del en ese momento aprehendido. El verdadero problema llegó después, cuando me indican, sin darme alternativa, que debo dirigirme a la seccional para brindar testimonio.

El hecho, que ocurrió entre las 19 y las 20.30, con mi arribo a la comisaría, se prolongó hasta las 5,30, en el cual pasé desde personas que ponían en dudas lo que había ocurrido, hasta un pedido de pericia psicológica para todos los implicados, incluyéndome, porque según los efectivos, es parte del procedimiento normal.

Tanto el personal de móviles policiales, como el de la Comisaría de la Mujer, se portaron de manera excelente, pero no así algunos miembros de la seccional de policía interviniente.

Cuando finalmente me permiten regresar a mi domicilio, el cual seguía sin las puertas correspondientes y con mi mamá sin recibir atención médica, pido que el caso se mantenga en reserva por mi exposición ante el ambiente periodístico y político.

Lo sorprendente, fue cuando esta mañana los medios más destacados de la ciudad estaban informando el hecho, pero totalmente exagerado, dado que en el parte primario –que no llegó a mi poder- indicaba que había existido un abuso sexual concreto y daban detalles que no existieron, además de datos específicos, como el nombre y apellido del agresor, dirección, etc.

Sabiendo que se avecinaba un nuevo problema, por el mal manejo de la información, preferí ocuparme primero de la salud de mi mamá, retirándome nuevamente de mi domicilio para llevarla a un centro asistencial, ya que producto de las agresiones tiene una costilla fisurada entre otros golpes.

Según me explican los vecinos cuando regresamos, alrededor de las 9.30 se acercó un móvil policial con los medios de comunicación al domicilio, y como no me encontraba en él, los efectivos comenzaron a apedrear la vivienda e incentivar a los medios a que tomen mayores detalles de la misma.

Uno nunca espera tener que pasar por las experiencias que a diario le toca cubrir. La invasión a la privacidad, el miedo, el imaginar lo que pudo suceder, los daños materiales que quedan en la vivienda, el sobresalto que permanece y se acrecienta con el paso de las horas, el alterarse ante el menor ruido corriente, son cosas que no pueden explicarse con palabras y que sólo se comprenden cuando uno las vive.

Recientemente, el periodista Baby Etchecopar dijo después de haber sufrido un muy violento asalto, que después de una situación semejante uno nunca vuelve a informar ni a vivir del mismo modo.   Y sí, a pesar de que para mí no hubo consecuencias tan graves como en el caso del comunicador conocido como “El ángel negro”, creo que ni la perspectiva ni la vivienda, ni la vida vuelven a ser las mismas.

Siempre me toca estar del lado de mi profesión. Dar a conocer, investigar, a veces hasta juzgar y otras, compartir bromas en común con el personal policial de diversas dependencias de algunos casos polémicos. Pero hoy, estoy del otro lado de la vereda: del que hay que tolerar la burocracia, las especulaciones, el manoseo, no sólo del agresor, sino de la justicia, y el sensacionalismo de algunos medios.

Quiero dedicar un punto aparte para gran parte de mis colegas, quienes al enterarse que las víctimas del hecho somos mi mamá y yo estuvieron no como profesionales, sino como amigos; a los efectivos que acudieron al llamado llegando a arriesgar su propia vida por defender la nuestra; al personal de la Comisaría de la Mujer, quien ofrece desde contención, hasta calidez humana; al comisario Barreto, quien desde que llegó a tomar contacto con la causa sólo se ocupó de trabajar en ella y aclarar las informaciones erróneas y a quienes siempre están en mi vida, y por supuesto, también lo hicieron esta vez: Luis María, Pablo, Ricardo, Mario, Gustavo, Marcela, Betiana, Florencia, a mis compañeras de colegio de la infancia, quienes desde que supieron, no dejan de llegarme mensajes de ellas preocupándose por lo sucedido, y a quienes se preocuparon y se comunicaron. A ellos, simplemente gracias, gracias y más gracias. Y por lo malo de la situación, sólo me resta decir que ahora tendré otra visión de las cosas, y que a pesar de todo, el sol siempre brillará.

El diputado nacional por la UCR, Ricardo Alfonsín, estuvo de paso por la ciudad de Bahía Blanca en medio de su recorrido por la sexta sección bonaerense y se tomó unos minutos para conversar en exclusiva con nuestro medio.

En una entrevista que no dejó tema sin tocar, se mostró totalmente predispuesto para hacer un repaso por los hechos políticos más resonantes del momento y se permitió dar su visión sobre los temas más candentes y sus posibles resoluciones.

Desde la expropiación de YPF, a la compra de los medios de Hadad, nada quedó en el tintero. Éste fue el diálogo:

Silencio, Sin Palabras: ¿En el tema de YPF, cree que es necesario llegar a la expropiación o existen otros métodos para un consenso?

Ricardo Alfonsín: «Nosotros proponemos la compra a través de una instancia de diálogo que debería poner en marcha el gobierno con Repsol YPF, para ver si se ponen de acuerdo en función de toda la información que exista en torno al precio. Si con eso no se llegara a un convenio, se da paso como establece la ley, al mecanismo de expropiación.»

¿Habrá unidad en el voto radical o hay alguna especie de rigidez?

En la reunión mantenida con todos los diputados, nadie manifestó que fuera a votar de modo diferente. Me llama la atención porque se preguntó eso y nadie dijo que vaya a votar de otra forma, porque además no corresponde, no se puede hacer eso.

Después de la reunión, he leído en los diarios eso –sobre la diferencia de opiniones a la hora de votar- , pero a mí no me consta.

Se había hablado de una especie de crisis por desacuerdos en el voto…

No, porque fue decisión del partido, no fui yo que me declaré a favor, fue el comité nacional, acompañado por la convención nacional quien se manifestó como lo hizo.

A nosotros nos alegra que el gobierno haya cambiado de posición con relación al petróleo y el gas, porque en la década del 90, incluso más actualmente, el ex presidente Néstor Kirchner y la Presidenta apoyaron la privatización. Nosotros siempre nos opusimos, porque creíamos que era un error, creemos que es un error muy grande. Por eso nos alegra que traten de repararlo.

¿Cómo se decidió el voto que emitirán?

Nos reunimos en varias oportunidades, la última fue el miércoles y después de cinco horas de discusión, autoridades del comité nacional, autoridades de la convención y los dos bloques, Senado y Congreso, después de debatir se decidió en función a lo que era la posición mayoritaria. Respaldar, reclamar y mantener nuestra posición ante recursos tan valiosos y estratégicos para la economía, como lo son el petróleo y el gas, deben pertenecer al estado.

¿En qué no están de acuerdo y en qué sí, con el gobierno?

La licitación ha sido verdaderamente espantosa. Vamos a ordenar una auditoría para que se detecten irregularidades en el proceso de licitación, porque los beneficiarios han sido personas que casualmente son amigos del gobierno, aunque no tienen ningún antecedente en el negocio del petróleo y el gas. También buscaremos irregularidades en el caso de las prórrogas, porque varios años antes de que venzan las concesiones les daban 20 años más, y queremos saber si estas prórrogas fueron de acuerdo a la ley o no. Proponemos la presencia de las provincias, también, un control social.

Con el gobierno coincidimos en que este es un recurso que debe ser controlado por el Estado. Ahora le toca a este gobierno, mañana le tocará a otro. Cuáles son los gobiernos lo deciden los argentinos, no lo elegimos en el congreso por ley.

¿Se logra la expropiación, o se realiza la compra, y después, qué? ¿Cómo se montará una empresa que pretende el autoabastecimiento?

De cero no se comienza, porque se compra la empresa con los trabajadores, con los ingenieros, con toda la maquinaria y el capital que existe. No va a ser fácil, eso no, pero también ahora va a ser difícil, quiero decir si nos mantenemos en el actual esquema y las cosas siguieran tal vez sería más difícil. Me parece que podría llegar a ser más fácil en la medida que YPF pertenezca al estado, porque a esta situación llegamos con una YPF sin el estado, con una empresa propiedad de Repsol, así que no sé quién puede hacerse ilusiones con las cosas como están.

Si se expropia, el gobierno pretende no brindar ningún resarcimiento económico por la empresa, ¿Usted cree que dada la situación, esto es lo mejor?

No, habrá que ver. El gobierno dice que hay que investigar cuales son los créditos y las deudas. Por ejemplo, los pasivos ambientales. Se sabe que cada vez que se hace una exploración o una explotación de petróleo se produce un daño ambiental muy grande, incluso fue un grupo de técnicos del banco mundial que investigó los daños que se habían producido en Neuquén. Reparar esos daños cuesta mil millones de dólares, y de eso no se ha hablado. Esa sería una de las deudas, que podría tener Repsol. Cómo no nos vamos a poner a investigar cuales son las deudas de ellos, después veremos que pesa más, si el activo o el pasivo.

Es como la explotación minera, se agotan recursos naturales que no vuelven a generarse.

Lo de la explotación minera, sobre todo las mega minerías, que autorizó este gobierno, además sin demasiado beneficio para la Argentina, porque basta con fijarse cuantos años llevan en las provincias, y no han mejorado la calidad de vida de la gente. Es un daño irreparable el que producen.

Hay que tener mucho cuidado con eso, para que no suceda lo mismo con el petróleo.

¿Existe la posibilidad de una alianza con el FAP, de cara a las elecciones 2013?

No quiero hablar de política de alianza a través de los medios, porque son cosas que debe resolver la convención del partido, y soy muy respetuoso en esos temas.

Termina de brindar un acto en Hilario Ascasubi, partido de Villarino, donde el radicalismo perdió la comuna después de 12 años, ¿Qué clima vio, ya que el bloque de concejales está separado en pequeños bloques?

El clima fue exactamente, que si hoy habría elecciones, las volvería a ganar nuestro partido. La actual gestión está haciendo las cosas bastante mal, por lo menos en estos primeros meses, le quedan tres años y medio más, esperemos que mejore.

¿Qué visión le merece el tema del caso Ciccone y el incidente con Rafecas?

Todas las obstrucciones que ha tenido el ejecutivo nos arroja muchísimas dudas sobre la imparcialidad con la que puede manejar esta situación. Interfirieron sobre la fiscalía, desplazaron al fiscal, como consecuencia de este caso y lo que han hecho con Rafecas tampoco tiene antecedentes.

Tres cosas que sucedieron son insólitas, una, tiene que ver con el gobierno local, con los funcionarios que se benefician con los planes sociales, otra, que tiene que ver con el modelo de compra de una de las empresas, a pagar con las ganancias de la empresa, y ahora, esto. El investigado estaba siendo beneficiado aparentemente por el juez Rafecas. Qué cosa más extraña, que el implicado que era beneficiado por ese juez, pide que desplacen al magistrado que lo estaba ayudando. Eso no debe tener antecedentes en la historia del derecho.

Creo que ellos pensaban que los iba a favorecer a través de la interpretación de un mensaje de texto desde la que no se desprende una intensión de beneficio, sino una íntima relación de confianza y amistad con el abogado de uno de los involucrados, y se dieron cuenta después que el juez iba a actuar con imparcialidad.

Cuando la justicia actúa con imparcialidad, investiga al poder ejecutivo y su problema. Entonces pusieron en marcha todo este procedimiento. Si no, no se entiende que el supuestamente beneficiado denuncie al juez porque lo favorecía. Ahora van a ir contra Rivolo también.

¿Cree que el escándalo Boudou-Ciccone debilitó al gobierno?

No hago ese tipo de cálculos, pero sí pido por favor que dejen actuar a la justicia.

Necesitamos tener buena relación entre las distintas fuerzas políticas. Yo puedo discrepar con el gobierno en un montón de cuestiones que tienen que ver con lo económico, pero eso no ofende mi militancia ni me obliga a tener una actitud dura. Puedo asegurar, porque no es opinable, que al federalismo hay que respetarlo, a la independencia de poder hay que respetarla, al parlamento hay que respetarlo, a la oposición hay que tratarla con respeto.

No puedo aceptar ni tener mucha consideración con quien me engaña a partir de la información que debe dar el estado con relación a los precios. Esas cosas no se pueden discutir y nos obligan muchas veces a colocarnos en una posición dura muchas veces, y no creo que sea bueno que la política discuta entre sí, porque cuando lo hace en estos términos, se benefician otros sectores.

¿Qué opinión tiene sobre la compra de Cristóbal López, de las empresas que pertenecían a Daniel Hadad, cuando se ha cuestionado tanto que no es posible tener varios medios?

Al gobierno le gusta victimizarse, que los demás digan «pobre la Presidenta, miren las cosas que le pasan al gobierno y nadie lo comprende». En toda la cuestión, incluso en la de los medios, ningún gobierno ni partido en la Argentina desde 1.983 a la fecha tuvo tantos medios a su favor como el actual. La pauta oficial condiciona, porque tienen medios oficiales, pero también oficialistas como no hubo nunca. Ningún mandato ha tenido tantos diarios como éste. Y no está mal que haya diarios oficialistas, pero entonces que no se victimice, porque hace parecer que está en condiciones de inferioridad con relación a otros partidos políticos.

Esto, de los medios, no sólo ocurre en Capital. En muchos lugares del interior pasa exactamente lo mismo, los medios locales están condicionados por la pauta, en este caso, de los gobiernos comunales.

No me quejo, pero nosotros somos los perjudicados y estamos en una situación embromada, porque hay otros partidos que por su concepción ideológica van a recibir un tratamiento de los medios que no son oficialistas mucho más favorable que el que nos puedan dar a nosotros.

Tengo tanto miedo de que este minuto termine y que cuando nos separemos pase el tiempo suficiente para que no sepamos si lo que vivimos fue real o tan sólo un sueño.

Te siento así, abrazado, como si sólo eso bastara para inmortalizar el momento y apagar los relojes del mundo. Te beso tiernamente, como si el tiempo fuera nuestro y nos perdonara, pero a su vez con tanta pasión, para no olvidar que no es así y que en breve nuestros caminos se alejarán. El silencio se hace dueño del momento, y los dos pensamos infinidad de cosas que quisiéramos decirnos, pero ninguno tiene el valor para comenzar a hablar. Una lágrima, solitaria, perdida, comienza a rodar por mi mejilla e intento esconderla para hacerlo menos doloroso. Aunque la notas, preferís seguir mi juego y tratar de ignorarla, pero apenas un segundo después, intentas apagarla con un suave rose.

Nuestros ojos se cruzan y aunque sé que llevo las de perder, decido pronunciar un simple “Vámonos”. Ante la incertidumbre de tu mirada, continúo explicándote lo perfecto que sería todo si nos vamos lo suficientemente lejos como para que ni siquiera el destino pueda alcanzarnos.

Al ver la falta de respuesta, comprendo que di un salto a lo desconocido en un instante y me encontré con un abismo. Entonces sonrío y te pido que no te asustes, porque sólo era una broma, intentando recomponer el momento.

Sé que ya no hay otra vez, que esta fue la última y nada volverá, y siento como un puño macabro aprieta mi alma hasta asfixiarla por completo. Quiero entender en qué momento me enamoré y no logro saberlo. Intento darle razones a mi corazón para explicarle que no debe seguir amándote. Quiero mostrarme fuerte y entera, pero en realidad soy una niña acongojada por la derrota de saberte perdido después de haber conocido el triunfo de amarte.

Me duele el alma, tanto como no sabía que podía doler. Siempre me diste la posibilidad de seguir adelante, o separarnos cuando aún no era tan fuerte lo que sentíamos. Hoy me preguntas por qué elegí continuar lo nuestro, sabiendo que sería tan corto como una primavera, que dedica parte de su tiempo a derretir la nieve del invierno mientras la otra, se la presta al verano anticipado.

La respuesta es simple: prefiero el dolor del recuerdo, a no quedarme ni siquiera con eso. Mientras espero que me contestes, aunque sé que no lo harás, comienzo a alejarme; me paro, camino hacia la puerta y sin pronunciar absolutamente ninguna palabra ni volver la vista atrás, me marcho.

También hay una respuesta para eso: jamás hubiera podido ser capaz de verte mientras te alejas o escuchar tu despedida, por eso en un intento de valentía prefiero ser yo la que cierre esta historia para siempre. O quizás sólo por un momento.

Tal vez mañana pueda entender si mi destino era amarnos, y al irme sólo cometí la más absurda equivocación. Quizás el tiempo logre poner todo en su lugar, y me de la oportunidad de reparar los errores que por cobardía estoy pagando. De repente queden por delante muchos días grises para poder olvidar aquella noche de entera felicidad.

La vida está compuesta por una serie de decisiones, consecuentes una de la otra. Sólo una palabra, un «adiós» dicho sin pensar, puede destruir dos vidas, un amor, un futuro compartido. También un «te amo» fingido, dicho por el temor a la incertidumbre, puede esclavizar lo suficiente para que lo que un día supo ser una historia feliz, se vuelva un cuento de horror.

Siempre me pregunté por qué no existe un escudo para los sentimientos, algo que permita elegir cuándo y de quién enamorarse. Cada vez que la vida decide cruzarnos repites la misma pregunta, esperando, tal vez, un resultado diferente. «¿Alguma vez me amaste, o lo nuestro sólo significó una aventura?», pronuncias, sin imaginar el daño que lográs hacerme. Entonces, sonriendo cómplice, te respondo: «Si lo nuestro hubiese sido amor, estaríamos juntos, nunca dejo ir a lo que quiero». Luego, todo vuelve a repetirse como un disco rallado que aturde con la misma melodía. Te vas, y mientras miro como te alejas, murmuro para mis adentros que es mejor así, intentando convencerme de que seguir a tu lado era un suicidio a plazo fijo.

Sólo pude llamarte mío una noche. Y te amé como sólo ocurre una vez en la vida. Cuando al despertar comenzaste a hablar sobre seguir con nuestras vidas para no hacerle daño a nadie, mientras planeabas donde y cuando vernos a escondidas, en mi mejor actuación fingí que sólo me había dejado llevar por la pasión, y mientras te marchabas enojado, cerrando la puerta, dije algo que no llegaste a oir: «Aunque cada uno regrese a su matrimonio por ser un buen padre o madre, quisiera verte junto a mi al final».

Mi cuento preferido, cuyo autor, como no podía ser de otro modo es Paulo Coelho, narra la historia de un joven que recorre el mundo entero en busca de un tesoro, sin notar que lo que verdaderamente amaba, siempre estuvo a su lado. Cuando se percata de eso, decide emprender un viaje de regreso a su punto de origen para reencontrarse con lo verdaderamente importante.

Nunca lo relacioné a mi vida, ni pensé en el por qué, una historia tan simple, podía atraerme tanto. De todos modos, casi sin darme cuenta estoy haciendo exactamente lo mismo que el protagonista: llegué tan lejos como quería o podía pretender, y ahora es casi una necesidad volver a la periodista -y la mujer- que fui.

17 meses fue el tiempo que este blog estuvo inactivo. 17 meses en los cuales todo cambió. Hubo cosas buenas, como el sorprendente éxito de http://www.palabrasclaras.com el periódico que comencé el 1 de septiembre de hace dos años, un programa arrollador en la radio que tanto supe querer cuando estudiaba, conocer a varios de mis ídolos y descubrir que son simplemente personas comunes, iguales a todos -con la diferencia de que por ser famosos a veces están más solos-, descubrir amigos en quienes esperaba sólo un saludo atento, enamorarme, o comenzar a hacerlo.

También sucedieron cosas no tan buenas. Por ejemplo, descubrir el sentido de la frase «Por andar ocupado en el cielo me olvidé que en el suelo se vive mejor». Esto viene a colación de que el tiempo y el llegar a ciertos lugares me llevó a seguir descubriendo que no siempre las personas son lo que aparentan, que los verdaderos amigos son aquellos para quien siempre seré «Sol», «Solecito» o simplemente «Romi», y no «La periodista que trabaja en tal radio o que tiene este periódico».

Fueron 17 meses y por supuesto ocurrieron infinidad de cosas. Y sobretodo una, que ocurrió esta semana y no viene al caso, me hizo consciente de que todo en esta vida es temporal, y casi como una ficha de dominó, cosa tras cosa fue volviendo a su lugar. Y yo a este blog, mi primer «hogar cibernético».

Está lloviendo, y eso me causa algo de gracia. Recordando, no encuentro un solo momento importante, o día decisivo en mi vida, en el cual la lluvia no haya participado. Lo que me indica que todo estará bien y que esta es sólo una lluvia más. No es la primera, pero desde ya, tampoco será la última.

Corría la fría tarde del 29 de julio de 1990 en uno de los parques de diversiones más grandes del mundo. A pesar de la molestia de una de las jóvenes, el grupo de amigos decidió subir a un juego, de esos que asustan con sólo verlos, el ‘Matter Horn’, una montaña rusa que imita al famoso pico de Los Alpes que lleva el mismo nombre. Luego de unos minutos los gritos de los atemorizados espectadores informaban de la tragedia: uno de los carritos había sido expulsado de la atracción, motivo por el cual fallecía Roxana Alaimo, mientras que su amiga, Karina Benitez, sufría heridas de gravedad. Esto, además de tener un notable parecido con el inicio de la película «Final Destination 3», fue el comienzo de mitos y leyendas populares que continúan hasta la actualidad. Se trata del Italpark.

Sus 4.500 m2 y los más de 35 juegos lo convertían en el centro de atracciones más grande de Sudamérica, pero la diversidad de opciones y la magia que, quienes tienen más de 30 años aseguran flotaba en el ambiente, era lo que lo volvía el paraíso ideal para cualquier niño.

Fue fundado por una familia de inmigrantes italianos en el año 1971 y sus puertas se cerraron definitivamente luego del accidente de aquella joven. Desde el lamentable episodio, cientos de rumores y prejuicios rondaron sobre el parque y esa maravilla ultramoderna sólo vive en los recuerdos de quienes llegaron a conocerlo.  

Y después de la clausura…  

La «condena solidaria» obligó a las partes involucradas -los dueños del parque y la Comuna- a llegar a un acuerdo para afrontar los costos de la indemnización. La Municipalidad de Buenos Aires tuvo culpa recurrente en el episodio ya que no se realizaban las inspecciones técnicas preventivas correspondientes, pero sí, después de la tragedia, para reparar los supuestos problemas y reabrir la «feria de la risa», como era conocido el Italpark.  

Los planes originales terminaron cambiando por completo cuando pasados los cuatro meses del accidente, él por entonces intendente, Carlos Grosso decidió clausurar definitivamente el parque de diversiones.   El Concejo Deliberante en una audiencia pública decidió, entre tres opciones, crear un espacio verde en el predio donde funcionaba el ItalPark, ubicado en Libertador y Callao. Las dos alternativas restantes eran un parque recreativo ó un complejo hotelero, pero el resultado fue el actual Parque Thays.  

La causa civil, por otro lado, demoró seis años en ser dictada porque no se podía dar una sentencia hasta que no se expidieran las actuaciones penales. El expediente fue caratulado como homicidio y lesiones graves. El juez, al dar a conocer su sentencia dijo: «Los parámetros de la Justicia Civil establecen que la vida de una persona no vale más de 100 mil dólares, pero la vida de un hijo, para mí, no tiene precio, por eso considero que el resarcimiento material debe ser alto. Perder un hijo es un dolor que no se mitiga jamás».  

Primeros rumores  

Cuando debía decidirse el destino del predio, surgió una teoría donde se afirmaba que el accidente en realidad había sido un atentado de quienes deseaban abrir un centro hotelero en su lugar. Esto fue desmentido poco después cuando se realizaron las pericias correspondientes y la justicia determinó que todos los juegos presentaban fallas mecánicas. También descubrieron que el Matter Horn -entre otras atracciones- llevaba siete años sin tener una revisión técnica obligatoria.  

En sitios de ventas por Internet se encuentran en remate algunos productos que pertenecen al legendario lugar. Por ejemplo, los autos chocadores salen 400 dólares, por lo que es casi inevitable hacer mención sobre la teoría que afirma que los juegos actualmente son utilizados en modernos parques, que al igual que el Italpark, priorizan lo comercial y olvidan los controles reglamentarios.

Por otro lado, vecinos del actual Jardín Thays atestiguan que las tierras están malditas: cada lugar que se construyó en ese sitio terminó en tragedia. En 1911 comenzó a funcionar un parque japonés. En diciembre de 1930 un incendio lo destruyó por completo. Años más tarde, se realizó una feria italiana, la que también terminó en tragedia cuando a plena luz del día se desató una tormenta eléctrica y un rayo acabó con la vida de un turista brasilero.

También cuentan los lugareños que quien conserve viejas fichas del Italpark, puede pararse de noche frente a la que era la entrada con una de ellas en la mano y automáticamente verá aparecer el parque y todos sus juegos. Las puertas se abrirán lentamente y el ‘suertudo’ deberá subirse a la atracción que le corresponda según el pase que tenía, pero si al finalizar el tiempo no se retira por la puerta principal, algo terrible podría suceder.

Otra leyenda urbana asegura que los juegos que funcionaban en el parque fueron guardados en un depósito del ferrocarril Mitre para ser vendidos al exterior o utilizarlos como chatarra. En algunos foros, aseguran que los mismos empleados de la línea férrea participaron en el desmantelamiento y que nunca se les abonó el trabajo, por lo tanto no dejaron que los dueños saquen las atracciones del galpón. También cuentan que si alguien deseaba comprar un objeto perteneciente al parque lo derivaban a hablar con el ‘Perro’ Cervero, un empleado ferroviario que se ocupaba de aquellas transacciones. El misterioso hombre interrogaba al posible comprador y si éste deseaba obtener un simple recuerdo para uso personal, lo regalaba. De lo contrario, la cifra estipulada era incalculable.

En otros sitios narran historias semejantes a películas de terror: “Si pasas por ahí de noche se ven clarito los juegos, un dumbo, un helicóptero y otros tantos junto a unas velas y se escuchan ruidos extraños. Los valientes que decidieron entrar nunca salieron, como Susanita, Tomasito y tantos otros” explica Juan, un hombre de 83 años que dice conocer a la perfección la historia de las tierras, para quien “no sólo hay que respetarlas, sino también temerles”.

“Del otro lado del Río, en Luján”

Al comprobar el verdadero destino de los juegos, apareció una noticia que le daba mayor crédito a la ‘maldición’ que rodeaba al lugar. Al parecer, los juegos fueron trasladados a un parque de Luján. Sospechosamente, dicho centro se llama Argenpark, y aunque con otro nombre, las atracciones son las mismas. Otra cosa en común, claro, es la falta de controles técnicos en las recreaciones.

Miles de personas llegan cada año a la ciudad de Luján, impulsados por la melancolía, para recorrer los dos parques, que, aunque separados por un río, se unen mediante juegos aéreos. Uno es llamado Argenpark, el otro, Parque Luján. Quienes lo visitan dicen sentirse presos de un viaje en el tiempo: los sitios no sólo tienen atracciones del legendario Italpark, sino lo imitan hasta en los más pequeños detalles. Entre los muchos juegos que funcionan en el sitio y que pertenecieron al Italpark, incluyendo la montaña rusa más antigua, se encuentran la Súper 8 Volante, el barco Showboat, el Samba, el Torpedo, el Twister y el Súper Monza, entre otros.

Desde las boleterías, pequeñas cabinas con forma de cabañas e imágenes graciosas en la ventana, hasta las fichas, en las que sólo cambia la grabación del nombre de los parques. Todo es idéntico. Incluso la tragedia.

 

Paola Relea, la hija de uno de los dueños, relató que “los accidentes eran moneda corriente, por lo menos hay uno al mes”, y puso como ejemplo un episodio donde “una niña de no más de 10 años se rompió la cara contra el juego Pulpo, cuando se desprendió un brazo del mismo”.

Una de las muertes ocurridas en el Argenpark que tomó impacto nacional fue la de Rodolfo Herrender, un empleado de 51 años de edad que cayó al vacío al ser golpeado por un coche de una montaña rusa cuando se encontraba colocando una nueva cámara fotográfica.

Rodolfo era, según sus compañeros, el mayor conocedor de las atracciones de ambos centros, a tal nivel, que recrear el Italpark fue posible gracias a él, debido a que montó y reacondicionó las atracciones con una gran precisión.

El hombre era un aficionado a los parques de diversiones y a la fotografía. Se dedicaba a tomarle fotos a quienes descendían de los juegos. Halló la muerte cuando, por motivos desconocidos, comenzó a reparar un censor que retrataba a quienes estaban en el juego con éste en movimiento y fue golpeado por un carrito de la atracción.

Después del golpe, Herrender cayó al vacío ante 500 personas desde una altura de 5 metros. Cientos de llamados simultáneos al 911 lograron bloquear la línea de emergencias. El panorama volvía a ser el mismo de aquella tarde del 29 de julio: el cuerpo sin vida yacía en el suelo, totalmente desangrado y con pérdida de masa encefálica, gritos desesperados y los esfuerzos médicos por salvar una vida que era presa, posiblemente, de la mala suerte que rodea a los juegos.

 Si nos sumergimos en lo paranormal, podríamos creer que, con la muerte de Roxana se cerraba el Italpark y con él, un círculo de tragedias varias, que gracias a los esfuerzos de Rodolfo se reabría, pero esta vez en otro lugar y con otro nombre. Pero en este caso, lo paranormal es preguntarse cómo, en juegos que funcionan desde hace cuatro décadas sin controles y sin inspecciones gubernamentales, hasta el momento no hubo más muertes. Quienes se volvieron fanáticos de esta seguidilla de sucesos afirman que Rodolfo es la última víctima de la “maldición”. Sin dudas los parques mencionados encierran un misterio que está muy lejos de debelarse. Pero de lo que tampoco quedan incertidumbres es que cualquier centro de atracciones del país puede ser un nuevo Italpark, si no se realizan los controles pertinentes.